3.12.12

Reflexiones sobre el reciente Informe de Ross

por Haddamin Mouloud Said


En todo conflicto, las partes contendientes, sólo acceden a una mediación cuando se da una de estas dos situaciones: a) situación de Madurez del conflicto, que es cuando cada una de las partes, ya agotada, toma conciencia de su respectiva situación y asume que no puede vencer a la otra parte. Y, entonces, el deseo de mediación se convierte en algo deseado por los dos bandos, puesto que el coste del no acuerdo es superior al coste del acuerdo; y b) Presión Internacional, que es cuando, ambas partes soportan tal presión internacional que terminan sentándose alrededor de la mesa de negociaciones.
En el caso del conflicto del Sahara Occidental, existen datos históricos que testimonian, que la avenencia de las partes, a aceptar una mediación internacional, no fue el resultado de la madurez del conflicto, sino de la presión internacional. De hecho, Marruecos, para demostrar que no se ha agotado, ha vuelto a la casilla cero, al rechazar, ahora, el referéndum. El Polisario, por su parte, dispone de una fuerza inagotable: la fuerza de la razón jurídica.
El ruido de los sables había movilizado a la Comunidad Internacional para que obligue a las partes a buscar una solución negociada. Y, una vez conseguido el cese de las hostilidades, la Comunidad Internacional, ya aliviada, se había tomado un largo respiro.
Como quiera que la mediación fue aceptada mediante una presión internacional, es harto difícil que se logren progresos sustanciales en ausencia de esa presión internacional. Pero qué es lo que motiva a la CI para que ejerza una presión? Depende de las circunstancias de cada momento.
Durante muchos años, la mera existencia de los campamentos de refugiados, en tanto que daba visibilidad al conflicto, había animado a la CI a preocuparse del conflicto y presionar a las partes (No faltan actores, PSOE y el deleznable Bernabé López García, que propugnaban la tesis de acabar con los campamentos de refugiados mediante alguna aportación presupuestaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional porque, entendía, que la simple existencia de los campamentos de refugiados es lo único que le daba visibilidad al conflicto).
Enfangado en un proceso de negociación así, un Ross extremadamente metódico, basta ver la prioridad y el orden que otorga a cada, idea en los ordinales de su exposición, ha presentado un Informe al Consejo de Seguridad de NN.UU el pasado 28-11-2012.
Veamos.
Para empezar, comienza con lo básico: ¿las partes quieren la paz? ¿Las partes quieren seguir en el proceso? Parece ser que si. Pero porqué las partes siguen diciendo (Ross lo empieza afirmando) que “confirmaron su compromiso de trabajar con la ONU”?. Sencillamente porque participar en la mediación tiene una connotación positiva, en el sentido de que, frente a la Comunidad Internacional, ello es percibido como un interés en la paz.
Seguidamente, saca a relucir el tema de fondo: ¿Cuál es el rol de la mediación y, cuál, el de las partes? La estrategia de mediación elegida por Ross parece la del simple manejo de la interacción entre las partes. Es decir, no asume ningún papel de guía, tan sólo se limita a orquestar la interacción ente ambos bandos. Sin embargo, en el Ordinal Segundo de su exposición, Ross, avisa al Consejo de que, incluso, las partes se niegan a eso. Por eso dice que “cada una de las partes atribuye la falta de progreso, no sólo a la negativa de la otra parte para negociar sobre la base de su propuesta, sino más concretamente, a la falta de acción decisiva de la Comunidad Internacional, del Consejo de Seguridad, del Secretario General y del Enviado Personal”.
En el Ordinal Tercero se esconde, quizás, la única garantía que BKM pudo haber dado, a Mohamed VI, en la famosa llamada telefónica de agosto. Y es que en cada uno de los encuentros, el Polisario, aparece negociando con Marruecos de tu a tu. Y esa publicidad y notoriedad que los encuentros dan al Polisario (una entidad frente a un Estado) es lo que más duele a Marruecos. Decir, como hace Ross, que la continuación de los encuentros sólo otorgaría más visibilidad al estancamiento, no es cierto. Se estanque o no se estanque, el proceso, tiene que continuar, sino no hay proceso. Lo que sí es cierto es que la continuación de los encuentros da visibilidad al Polisario, en el escenario internacional.
Los medios marroquíes habían propagado el bulo de que BKM, en la llamada de agosto, se había comprometido en la no ampliación del mandado de la MINURSO y, ciertos medios saharauis, se habían tragado el bulo. Pues bien, la ampliación de ese mandato no compete a BKM, sino al Consejo, por tanto, el coreano, no pude comprometerse en eso. Y segundo, aún pudiendo hacerlo, no tiene necesidad, puesto que (أللي أجبر سَخّار ما إوسخ أيديه) sabe de sobra que siempre habrá alguien dispuesto a hacerlo sin el menor rubor (Francia).
Por lo demás, el acierto de este planteamiento, radica en que deja muy claro cuál de las partes advirtió sobre la importancia del mantenimiento de contactos (advertencia contenida en el Ordinal Tercero, in fine).
Al anunciar el final, por ahora, de las reuniones, Ross, venía obligado a aportar una nueva propuesta. Esa propuesta consiste, precisamente, en recordar a la Comunidad Internacional que la presión que se ejerció, al principio, para que las partes aceptaran la mediación, sigue siendo necesaria, ahora, para lograr avances en esa mediación. Insistiendo, ante esa CI, que las propias partes echan en falta la acción decisiva de la CI. En dos ejes, pues, consiste la nueva Propuesta de Ross: Uno, animar a la CI para que presione a las partes a fin de que avancen en la negociación y, Dos, mantener la calma en la región, mediante eso que él ha llamado ‘diplomacia silenciosa’ del que, por ahora, sólo podemos decir que se refiere al silencio de las armas.
En el Ordinal Cuarto, Ross, vuelve a la carga. Consciente de que durante años, el único motivo que pudo preocupar a la CI para que ejerciera cierta presión, fue la existencia de los CC.RR, ahora, Ross añade un nuevo elemento a la preocupación de la CI: el terrorismo y el Sahel. Y lo hace de la manera más efectiva que se puede hacer y la que más miedo provoca: “las personas de todas partes de la región, podrían resultar tentados a unirse a uno u otro de los grupos en el norte de Mali”. Y para equilibrar el agravio anterior (fin de las reuniones) compensa, al Polisario, con una declaración que vale su peso en oro: “En Marruecos, los medios de comunicación seguían hablando de una conexión entre el Polisario y estos grupos, pero los funcionarios de alto nivel en Rabat y en Nouakchott fueron claros al decir que no existe tal vinculación”. Un anuncio que, ciertamente, debería publicarse en todos los periódicos gallegos y en el diario El País.
En cuanto a su visita al Sahara Occidental y a los campamentos de refugiados (los Ordinales, Quinto, Sexto y Séptimo), Ross, reproduce el esquema mental del discurso oficial del Polisario, cuando dice, “En este sentido me llamó la atención el dato de que no hubiera saharauis oriundos del lugar, dentro de los efectivos de las fuerzas de seguridad de El Aaiún y otras partes del Sahara Occidental, sino que procedían de Marruecos”. En esa frase está afirmando que el territorio tiene sus habitantes propios y que la fuerza coercitiva existente es extranjera. Para añadir más en ese esquema mental, recuerda que existe un pueblo en campamentos de refugiados cuya fuerza activa está dispuesta a empuñar las armas.
Otra prueba que desmiente el bulo sobre la llamada telefónica de agosto, está en el segundo párrafo del Ordinal Octavo, cuando dice que el artículo 73 de La Carta obliga a la ONU a velar por el bienestar de la población del TNA del Sahara Occidental.
Ross, para fortalecer el papel de la MINURSO, introduce un nuevo tema en el Ordinal Octavo, in fine. Y llama al pan, pan y, al vino, vino: Marruecos es la Potencia Ocupante, dice. Pero lo dice finamente: potencia administradora de facto. La administración de iure (de derecho) se distingue de la administración de facto porque, la primera, se hace en virtud de un acuerdo y, la segunda, se hace en ausencia de acuerdo. Sucede que en este caso, el único acuerdo que hay, son los Acuerdos de Madrid, y tales acuerdos son nulos. Por tanto, por mucho que le duela a la ex ministra Trinidad Jiménez, Marruecos es la potencia ocupante del TNA del Sahara Occidental y, Ross, acaba de recomendar, al Consejo, que lo reconozca tal cual. Al referirse al Polisario, al Este de la berma, Ross, hila muy fino. Y dice que “juega un papel similar”. Porque, claro, Marruecos ocupa el territorio sin título jurídico y sin legitimidad internacional, en cambio, el Polisario, aún careciendo de título jurídico, al menos, goza de legitimidad internacional. Por eso dice lo de ‘similar’.
Pero todas estas apreciaciones las formula, Ross, en relación a la MINURSO. Es decir, está planteando el conflictivo tema de la relación de la MINURSO con Marruecos. La bandera que debe ondear, la matrícula de los coches de la MINURSO, los permisos que se deben o no se deben pedir a las autoridades marroquíes, las comunicaciones, el contacto con los habitantes del territorio, etc., etc., etc. Es en ese sentido donde encajan las apreciaciones de Ross.
En la medida en que todo lo que dice Ross, es imputable a Ban Ki Moon, para algo es su Representante, nuevamente, queda al descubierto el bulo de la llamada de agosto. En el Ordinal Undécimo, Ross, habla abiertamente de la cuestión de los DD.HH. Pero consciente de que se está metiendo donde no le llaman (si se me solicita un consejo, dice), alude al tema recordando, al Consejo, su deber de determinar si el grado y la magnitud de los hechos que ocurren merecen o no merecen la atención de ese Consejo y, en tal caso, cómo supervisar tales hechos. Dice, textualmente, “corresponde a este Consejo y al ACNUDH decidir si la información disponible merece la atención y, en tal caso, la mejor manera de hacerlo”.
En fin, Marruecos ha cometido un grave error de cálculo, retirando la confianza de Ross y lo ha pagado caro. Pero eso no quiere decir que la Causa Saharaui haya ganado una batalla. Sencillamente, el enemigo ha recibido un duro golpe y, nosotros, seguimos disponiendo de lo que sólo Dios nos puede privar: nuestra inequívoca voluntad de alcanzar la libertad y la independencia.

Haddamin Moulud Said
03.12.12
ibnuabirabiaa[at]yahoo.es


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